martes, 20 de agosto de 2013

Crónica del festival más apocalíptico del verano

Llega el mes de julio, los calores, y el festival mas intrépido del verano. El viaje de Barcelona a Monegros ya fue en si mismo una aventura.

Con un autobús calcinado por el camino y la autovía cortada. El motor se incendió y las llamas y el humo se propagaron en cuestión de minutos. Sólo hubo un herido leve y alguna intoxicación por inhalación de humo que no requirió hospitalización.

La autovía cortada por el bus en llamas
Pasado este percance, y tras un viaje que se hace más largo de lo esperado, por fin dejamos atrás frutales y regadíos para adentrarnos en el desierto. La gente empieza a alborotarse; hay ganas de llegar y hay ganas de fiesta. Pero antes de laentrada al recinto debemos superar un primer control de la guardia civil que para aleatoriamente a coches y a algún que otro autobús. Hay efectivos del cuerpo recorriendo el parking a caballo, en moto y en jeep, y un helicóptero que zumba en lo alto buscando no se sabe bien qué. Según me cuentan, la guardia civil también tiene una unidad canina que no sueltan, supongo que para que no enloquezcan los perros entre tanto parquineo.

Superado ese primer cordón policial que le cuesta una sanción a ochocientos asistentes y la detención a otros ocho, nos acercamos a la entrada donde una gran tumulto que pretende ser una cola, nos aguarda. Antes debemos pasar delante de un pelotón de civiles armados que, afortunadamente, se muestran tan hieráticos como la guardia real de Buckingham Palace.  

Jurasic Park en papel maché
Tras unos minutos de cola, llegamos al segundo cordón, el del servicio de seguridad privada de la organización que cachea y decomisa toda sustancia comestible o bebible. Llegan incluso a olerte el paquete de cigarrillo por si llevas marihuana. Superado éste segundo filtro, a las siete de la tarde, nos validan la entrada y nos encontramos por fin en el recinto. ¡esto hay que celebrarlo! ¡espera!, que todavía quedan muchas horas por delante y hay que dosificarse.  

Impresiona el montaje y las performances. Es "Jurasic Park" en papel mache con dinosaurios y otras faunas fantásticas. Uno se imagina a Joan Arnau senior diciendo aquello de "no hemos reparado en gastos". 

Recién llegados: ¿Para dónde vamos?
Ahora toca buscar el lugar más adecuado: cada oveja con su rebaño. Los del drum and bass a la carpa San Miguel, los del schranz y hardtechno a la Bacardi, los electrónicos más estándar al escenario Burn y los techno ligeros al escenario Row.  

Y así pasamos la noche, yendo y viniendo, perdiendo al grupo y cuando había suerte, reencontrándolo, por que los móviles o no tenían cobertura o habían agotado la batería, y así era imposible encontrarse. Hablo con EnergyControl a las 4:00 de la mañana y me comentan que no se han registrado incidencias.

De lo mejor para mi gusto, Underwold, Surgeon, Oscar Mulero y Dj Murphy, pero uno no tiene el don de la ubicuidad, así es que seguro que me perdí cosas grandes. Richie Hawtin resultó repetitivo (no fue el único), así es que cambié pronto de pista.  

¿Qué magnetismo tiene el desierto que es capaz de atraer a decenas de miles de personas que arriesgan una sanción e incluso una detención, un golpe de calor, tragar polvo, el agotamiento y un gasto considerable?        

Al fondo Underworld
Será esa necesidad de trascender que todo ser humano tiene, aquí a través de la música y compartiendo experiencias psicoactivas. Lo que se respira en estos festivales es el alter ego de la religión y la espiritualidad, por que lo más remarcable es la extraordinaria educación y amabilidad de la gente, algo que puede sorprender a quienes albergan prejuicios hacia los fans de la música electrónica de baile.

En Monegros en concreto, el desierto también ayuda a trascender. Retirarse al desierto forma parte de la tradición chamánica más antigua, a meditar ayudados por el ayuno y el peyote. Existe incluso una iglesia del peyote, fruto del sincretismo entre la tradición chamánica y el cristianismo: la doctrina del peyote.  

El fundador de la fe cristiana también cumplió con este rito iniciático de retirarse al desierto.

Pero volviendo al aquí y ahora, quizás comparar Monegros con la tradición chamánica o las romerías religiosas esté cogido por los pelos. Para mucha gente madura y bien pensante estos festivales son ejemplos de lo que no se debe hacer. Sólo se quedan con el morbo de la desgracia que a veces se produce. Habría que recordarles que deportes como el ciclismo o la escalada también tienen riesgos. Afortunadamente, como nos recuerda "La pandilla voladora": del deporte también se sale.  

Más información e imágenes de Monegros 2013

La última entrega de este blog se puede consultar en   
www.voltechparty.es/saber_o_no_saber.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario