martes, 18 de junio de 2013

El escándalo de las bombillas de bajo consumo

En Europa se han prohibido las bombillas incandescentes por ser poco eficientes. Serán sustituidas por bombillas fluorescentes que utilizan mercurio, un elemento altamente tóxico para el medio ambiente y las personas. Sorprende que la prohibición haya sido impulsada por Greenpeace.


¿Cómo pudo suceder? El tema tiene que ver con el funcionamiento poco transparente y poco democrático de las instituciones europeas. El mercurio destruye las neuronas y puede matar, algo bien sabido desde el envenenamiento de Minamata (Japón, 1953).
Sospecho de cambio climático
Conscientes del problema del mercurio, la ONU emitió una moratoria en 2009 para eliminar todo producto con mercurio de los hogares, pero hizo una excepción con la bombilla fluorescente de bajo consumo. Esta contienen 4 mg de mercurio, que si se rompe, puede provocar toxicidad en adultos, y sobre todo en menores. Esta cantidad es suficiente para contaminar 5 toneladas de agua.
Las bombillas de bajo consumo tienen mayor rendimiento que las convencionales. La Unión Europea, preocupada por la necesidad de reducir las emisiones de carbono, impulsa su utilización.
Una comisión formada por funcionarios, representantes de la industria y ONGs (Greenpeace), reguló los requisitos mínimos de eficiencia energética de las bombillas. Esta normativa prohíbe de facto las bombillas incandescentes, que han de sustituirse por fluorescentes de bajo consumo. Esta decisión NO fue votada por el parlamento europeo. Para Holger Krahmer, miembro del parlamento europeo, Greenpeace hizo el papel de tonto útil para la industria. Y es que las bombillas de bajo consumo supondrán tan sólo un 0,4 % de ahorro de emisiones de CO2.
Mahi Sideridou, responsable de clima de Greenpeace Europa reconoce que se equivocaron al presionar a favor de las bombillas de bajo consumo. El hecho de que en Bruselas haya un miembro de grupos de presión por cada comisionado, unido a que ONGs como Greenpeace se financien con donaciones privadas, tiene como consecuencia que las comisiones acaben aprobando lo que la industria les pide, sin que sea necesaria la intervención del parlamento europeo. Esto es poco democrático y poco transparente.
La industria de las bombillas tiene una larga historia de escándalos. En 1924 formó un cártel que acordó limitar la duración de las bombillas a 1.000 horas de uso, cuando la bombilla patentada por Edison en 1881 tenía una vida útil de 15.000 h.
Pero el caso más preocupante se produjo en 1991 cuando el ingeniero eléctrico Dieter Binninger patentó una bombilla incandescente de 150.000 horas. Murió en su avión privado 4 días después de firmar el primer contrato de producción con una fábrica de la extinta RDA. La causa oficial del accidente fue que “el piloto volaba demasiado despacio".
Y ahora es la sustitución de bombillas seguras por bombillas tóxicas. Mientras tanto en los cuestionarios de urgencias hospitalarias, no se incluye referencia alguna a accidentes con bombillas de bajo consumo e intoxicación por mercurio; no preguntes lo que no quieras saber.
Más detalles de este escándalo en:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/noche-tematica-mentira-bombillas-bajo-consumo/1863367/

La última entrega se puede consultar en www.voltechparty.es/saber_o_no_saber.htm
Patrocinado por VoltechParty.es
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario